La fundación del Club Andino Osorno (CAO) se remonta al año 1935, liderada por grupo de soñadores y visionarios descendientes de colonos alemanes de la ciudad de Osorno, quienes logran reunir 50 socios. Ese fue el punto de partida de un trabajo incesante y de grandes esfuerzos.

En una época en la que no existían caminos, optaron por instalarse en los faldeos del Volcán Osorno con el Refugio La Picada. Al poco tiempo, establecen la primera escuela de esquí y a los dos años de la creación del Club, organizan el primer campeonato.

Casi 10 años después, comienzan a buscar nuevas pendientes, estas vez en los faldeos del volcán Casablanca, ya que los avances de los caminos público comenzaron a permitir nuevas incursiones de reconocimiento.

En el año 1950 el CAO toma una gran decisión: desmantelar todos los refugios que habían construido tanto en el Osorno como en el Casablanca para levantarlos en Antillanca.

Junto con colaborar activamente en la protección de los bosques nativos y lagos que llevan hasta el Centro (orígenes Parque Nacional Puyehue), unos pocos años después, logran instalar los primeros andariveles de arrastre, lo que permite desarrollar el primer campeonato nacional de esquí en septiembre del año 1966. En 1980 se levanta un nuevo hotel que se une al primer refugio, y sus usuarios comienzan admiran a los primeros campeones mundiales y olímpicos de Club, miembros de las nuevas generaciones de Antillanca. En esta década, con 4 andariveles de arrastre y una telesilla, sus extensas canchas ya están reconocidas por la Federación Internacional de Ski y el CAO es considerado un motor del turismo y actividad económica de la región.

Además del Refugio y del Hotel, otros refugios se fueron agregando en el tiempo tales como el del Colegio Alemán, Alianza Francesa y el refugio Militar. En el año 2000 se funda el Club Patagonia, para los niños de Entre Lagos, una iniciativa social de la Municipalidad de Puyehue, que cuenta hasta hoy con el apoyo del CAO.

Asimismo, entre fines del siglo 20 e inicios del presente siglo, el Club ha visto a muchos de sus pequeños deportistas transformarse en campeones nacionales y a miles de niños que aprendieron a esquiar en sus espectaculares pendientes.

En las últimas décadas una nueva generación de socios renovó de energía al CAO, elemento vital para continuar proyectando este gran proyecto.